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viernes, 20 de agosto de 2010

Día cualquiera

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La noche cae poco a poco, a lo lejos se escucha una radio quizá sintonizando las noticias o algún partido de fútbol. Mi padre como siempre trabajando y escuchando a Joaquín Sabina a todo volumen, pensando que a mi me gustan todo ese tipo de canciones, pero ignora que apenas y he escuchado unas 10 de las cuales solo la tercera parte me gustan. Mi madre por otra parte resuelve un crucigrama, y de vez en cuando recuerda algo que no he hecho y empieza a regañarme, yo solo digo que si con mi cabeza como si eso asegurara que lo haré de inmediato, pero solo espero a que se distraiga con otra cosa para seguir escribiendo esta entrada. Volteo de lado a lado buscando un punto de inspiración pero no encuentro nada mas que paredes y uno que otro objeto que me distrae por unos segundos. De pronto, el sonido del teléfono llega como un gran estruendo, el cual me hace salir de la comodidad de mi cuarto solo para enfrentarme a un -Número equivocado- y verme obligado a quedarme un rato platicando con mi padre, esta vez escuchando al buen Vicente Fernadez pero con menos euforia que a Joaquín Sabina. Con una mirada de pocos amigos me observa mi madre, dandome un ultimo aviso para ir a tirar la basura. Camino a tirar la basura me encuentro con un "amigo" que no había visto desde hace mucho tiempo, de la misma forma en que lo salude me despedí, dirigiéndome hacia mi casa. Llegando a mi casa me sorprende la diversidad de géneros musicales de mi padre al escuchar a los Tigres del Norte. Ahora se siente en mi departamento un aire de amabilidad al cien empezando con la cena que me espera en mi mesa. Esperando que todos ustedes se hayan divertido me despido dandoles las gracias por su tiempo :D

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